Los puntos limpios son puntos centralizados para el depósito por parte de los ciudadanos donde se almacenan temporalmente los residuos peligrosos o de gran volumen generados en casa, en la oficina o en pequeños comercios. Se trata de residuos domésticos que no son objeto habitual del servicio ordinario de recogida de residuos urbanos. Son instalaciones cerradas, con un horario de atención y personal dedicado a informar a los usuarios y controlar la correcta aportación de los residuos.
La utilización de este servicio es gratuita, pero los propios consumidores tienen que encargarse del transporte, pero merece la pena por los peligros de estos residuos y la labor de conservación medioambiental.
¿Qué se puede depositar?
– Residuos peligrosos generados en el hogar (fluorescentes, barnices, envases de pesticidas o insecticidas y fitosanitarios, aceites vegetales usados y aceites de locomoción).
– Residuos voluminosos (muebles, colchones,…).
– Residuos de línea blanca (lavadoras, frigoríficos,…).
– Residuos de línea marrón (televisores, equipos de música, ordenadores,…)
– Residuos de pequeñas obras en domicilios.
¿Qué condiciones deben cumplir?
– Sacar provecho de los contenidos que pueden ser reutilizados y reciclados, y tratar o eliminar los residuos que sea necesario.
– Evitar impacto ambiental de los vertidos incontrolados.
– Separar los residuos peligrosos.
– Estar en el entorno de ciudades y ser de fácil acceso.
– No aceptar residuos de origen industrial.
– Cumplir las medidas de seguridad para evitar posibles derrames o escapes.
– Contar con los permisos para el almacenamiento temporal de residuos peligrosos.
– La cantidad de residuos que se puedan depositar deben estar limitadas.
¿Cómo es el procedimiento?
A la entrada del recinto, un operario toma nota de los residuos e informa sobre cómo depositarlos. La instalación no genera olores ni presenta riesgos de toxicidad o peligrosidad, puesto que los residuos se encuentran controlados en lugares adecuados. Una vez dentro, el usuario se desplaza en su vehículo hasta el contenedor apropiado siguiendo unas señales horizontales de colores y unos símbolos verticales. Los contenedores se encuentran protegidos del exterior pero cuentan con un sistema de depósito de fácil acceso. En el caso de los frigoríficos y aparatos de refrigeración se depositan en una zona cubierta. De esta manera, el consumidor ya habrá realizado su parte del trabajo.
Posteriormente, un camión transporta los residuos para darles el final apropiado, ya sea reutilización, reciclado, valorización energética o eliminación de forma segura. El aprovechamiento de algunos desechos es muy diverso:
– Con los aceites de cocina se pueden hacer jabones, velas, pinturas, piensos, lubricantes y biodiesel para vehículos.
– De las pilas botón se aprovecha el mercurio, mientras que de las normales se pueden recuperar el sulfato de zinc y las sales de manganeso.
– De las lámparas fluorescentes se aprovecha el vidrio y el mercurio.
En cuanto a los residuos no peligrosos, su destino también es muy variado:
– Los escombros van a vertederos de inertes.
– Los restos de poda y jardinería a plantas de compostaje.
– Las chatarras y maderas a plantas de reciclado.
– Los colchones, juguetes y demás residuos sólidos urbanos (RSU) a vertederos o incineradoras.
¿Qué fin tienen?
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Evitar la vertedura incontrolada de dichos residuos.
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Potenciar el reciclaje de estos residuos.
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Recuperación del medio ambiente.