El reciclado del papel, juega un papel importante en la conservación de los bosques . Una forma de ahorrar madera es obtener papel del papel usado. Para la recogida selectiva de papel y cartón se emplean, por lo general, contenedores de color azul.
¿Qué se puede depositar en los contenedores de recogida de papel y cartón?
– Papel de impresión y escritura.
– Sobres.
– Guías telefónicas.
– Catálogos, folletos periódicos, revistas, libros.
– Carpetas de papel, o cartulina.
– Publicidad.
– Envases y embalajes de papel y cartón.
¿Qué NO se debe depositar en los contenedores de recogida de papel y cartón?
– Papel térmico para fax.
– Etiquetas adhesivas.
– Papel autocopiativo (papel carbón).
– Papel encerado o parafinado.
– Papel higiénico y sanitario.
– Papel de aluminio.
– Fotos, radiografías.
¿Cómo deben ir depositados?
– Desprovistos de grapas, plásticos, cintas adhesivas, cuerdas y precintos.
– Sin arrugar y doblados.
– Las cajas de papel o cartón, dobladas, para que ocupen el mínimo espacio.
– Sin envoltorios o accesorios de plástico.
– Dentro del colector, en ningún caso depositado al lado.
¿Cómo se recicla?
El objetivo es obtener las fibras de papel impreso sin deteriorarlas, de forma que el papel conserve las mismas propiedades.
Para obtener la pasta de papel es necesario separar la celulosa de otros componentes como la lignina (el papel viejo tiene la ventaja de que presenta las fibras de celulosa separadas de la lignina). Por tanto, en el proceso de reciclado, se deshacen las uniones que se formaron durante la fase de secado en la fabricación del papel. La pasta que se obtiene durante este proceso tiene que ser eliminada de impurezas.
Para llevar a cabo el proceso, es necesario tener una mezcla lo más homogénea posible, por ello, previamente se realiza una separación. A continuación, se disgrega la estructura de la hoja y se dispersan las partículas de tinta; esta etapa tiene lugar en un aparato denominado pulper.
Posteriormente es necesario realizar dos fases:
– Depuración gruesa, en la que también se diluye la pasta
– Depuración fina, donde se eliminan plásticos, alambres, grapas etc. Esta fase de depuración se hace en un sistema ciclónico.
En la eliminación de la tinta del papel se emplea mayoritariamente el método de destinado por flotación con la adición de agua y jabón.
Finalmente, la pasta se introduce en depuradores cónicos que separa las partículas por su peso específico , según la densidad sea menor o mayor. Si se quiere un papel más uniforme y separar la tinta que aún queda en las fibras, es necesaria una etapa de dispersión.
Terminado este proceso, se almacena la pasta para posteriormente enviarla a la máquina de papel. A partir de aquí, el proceso es el mismo que el utilizado con la pasta virgen: se realizan prensados y secados de la pasta y se aplican almidones y colas para mejorar las características del papel y, por último, se somete a un proceso de calandrado en el que se elimina su rugosidad.
Hay diferentes calidades de papel. El papel puede reciclarse entre 3 y 8 veces y la pasta de papel recuperado puede oscilar del 20 al 99% dependiendo de si se trata de papeles de prensa o cartones bicapa.
Usos del papel y cartón reciclado:
– Papel de impresión y escritura
– Papel higiénico
– Papel de embalar
– Papel de prensa
– Papel tissue
– Cartón y cartoncillos
– Cartulinas
– Sillones
– Mesas
– Estanterías
– Elementos de decoración
¿Cuáles son los beneficios?
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Conservación de los recursos forestales.
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Ahorro energético.
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Ahorro de agua.
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Disminución de las importaciones de madera y papel usado de otros países.
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Conservación del medio ambiente.
Situación en España
El papel y el cartón representan el 21% de la composición de la basura doméstica en España (Datos del 2004).
En España en 2011 se recogieron para su reciclaje 4,7 millones de toneladas de papel y cartón (un 1,8% más que en 2010), gracias al gran desarrollo de los sistemas de recogida y a la colaboración ciudadana.
La tasa de recogida se situó en el 73,5% (se recogió para su reciclaje casi el 74% del papel que se consume), una de las más altas del mundo.
La industria papelera española recicló 5,1 millones de toneladas de papel y cartón usado en 2011 (manteniendo un nivel similar a 2010), una capacidad de reciclaje solo superada en Europa por Alemania.