Los planes de residuos elaborados por la Junta no frenan los vertederos ilegales

La denuncia de una escombrera ilegal de más de 12.000 metros cuadrados en Guadalupe, saca a la luz otras situaciones similares repartidas por la geografía extremeña.

El Plan Integrado de Residuos de Extremadura (PIREX), con vigencia hasta el año 2015, tiene entre sus objetivos “erradicar el vertido y eliminación incontrolada de residuos, con especial atención a los residuos de construcción y demolición, lodos de depuradora y residuos plásticos de uso agrario”. Además, contempla prevenir la generación y peligrosidad de los residuos; fomentar la reutilización y recogida selectiva de los residuos, con el objetivo de disminuir la cantidad destinada a eliminación; adoptar medidas para promover la recogida selectiva de biorresiduos para su compostaje y digestión; incrementar las plantas de reciclaje y mejorar las existentes, especialmente las dedicadas al tratamiento de residuos de construcción y demolición.

Otros fines son: mejorar la información disponible sobre residuos; garantizar la eliminación segura de los residuos y promover la autosuficiencia de instalaciones para este fin e incentivar la implicación de las Administraciones públicas y entidades privadas en el logro de objetivos ecológicos ambiciosos

Foto:ECOLOGISTAS EXTREMADURA

Vía: elPeriódico


Un pequeño Chernobyl en Juan Grande

La planta de residuos sólidos urbanos de Juan Grande (Gran Canaria), se trata de un vertedero donde son enterrados, sin clasificar ni tratar, los residuos orgánicos que se depositan en los contenedores de la basura correspondientes a los 8 municipios que componen la comarca de sureste, sur y suroeste de Gran Canaria, de Telde a La Aldea.

Tanto vecinos como ecologistas coinciden en que ha sido y es nefasta y que por eso la han denunciado en multitud de ocasiones. Indican que, aun a pesar de que presentan todas las máquinas para hacer la clasificación y el compostaje, “no se ponen en marcha”, por lo que todos los residuos van al mismo vertedero sin tratamiento.

Además, como las basuras de origen urbano incluyen todo tipo de residuos domésticos peligrosos, entre ellos pilas que contienen metales pesados, el acuífero es el que se lleva la peor parte con el vertido de los lixiviados, el líquido que se genera como consecuencia de la descomposición de la basura.

Estas instalaciones,reciben un media de 250.000 toneladas anuales de residuos, una basura que se pudre sin tratamiento, porque no se realiza una selección exhaustiva y, por tanto, se ha extendido entre la población la idea de que muchas de las dolencias graves que se registran entre los habitantes de la zona, son producto de la alta contaminación ambiental generada por este vertedero

Vía:Canarias7.es


Una ciudad china recicla sin control la basura informática del planeta

Por los canales que surcan Guiyu, corre un líquido negro que, según un informe de Greenpeace, tiene acidez suficiente como para desintegrar una moneda de un penique en pocas horas.

Las calles se han convertido en un vertedero bien organizado, donde todos los desechos tienen origen electrónico.Teniendo en cuenta que de un ordenador se puede reciclar el 90% de sus componentes, que un frigorífico está compuesto de hierro en un 49% y un televisor tiene hasta un 3% de cobre, las montañas de desechos de Guiyu son una mina. Sus habitantes producen en torno a 600.000 toneladas de materias primas refinadas, entre plástico y metal, una cantidad que equivale a unos dos millones de toneladas de metal bruto en una mina.

Cada familia se especializa en algún componente o tipo de materia prima, y eso supone el contacto con metales pesados y otras sustancias altamente nocivas. Además, nadie cumple las mínimas medidas de seguridad.

Aunque el país prohíbe su importación y es uno de los firmantes de la Convención de Basilea, redactada para impedir que el primer mundo vierta sus aparatos en el tercero, en torno al 55% de esa basura tiene su origen fuera de China.

Vía: HOY.es


Sesenta imputados por liberar gases tóxicos al reciclar ilegalmente neveras

La Guardia Civil ha imputado a 60 personas en Madrid y Zaragoza acusadas de cometer varios delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, estafa y apropiación indebida, tras gestionar ilegalmente los residuos de más de medio millón de frigoríficos y liberar gases tóxicos mientras cobraban las tasas correspondientes a su eliminación ecológica, lo que les ha supuesto unos beneficios de más de 10 millones de euros en 4 años.

En lugar de ser eliminados de acuerdo con la normativa medioambiental vigente, los frigoríficos eran destruidos en centros no autorizados, mediante técnicas rudimentarias que permitían la liberación de gases que afectan gravemente a la capa de ozono.

Los frigoríficos eran llevados a chatarrerías e industrias diversas y, posteriormente, los materiales eran vendidos a fundidores y otras industrias que reciclan los distintos componentes.

Todos los frigoríficos intervenidos han sido depositados en un centro de almacenamiento temporal autorizado a disposición de la Fiscalía de Medio Ambiente.

Vía: EFEverde


“Los vertidos incontrolados son comunes en España a pesar de la ley”

El problema de los residuos en España es preocupante. Vertidos incontrolados en la práctica totalidad del territorio, balsas químicas como las del accidente en Hungría que pueden romperse en cualquier momento, las peores cifras de reciclaje de Europa… Son algunos de los datos que ofrece Isabel Herráez, vicepresidenta de la Asociación Vertidos Cero y Profesora Titular de la Universidad Autónoma de Madrid. Los consumidores no son conscientes de esta situación y de sus graves consecuencias para la salud, el medio ambiente y la economía, según esta experta, que apela a la aplicación de la ley y a la concienciación ciudadana.

Vía: EROSKY CONSUMER


“Tapé residuos con tierra durante 30 años”

Un ex trabajador del vertedero de Cerdanyola explica el origen de Can Planas, una bomba ecológica subterránea de más de 2,5 millones de metros cúbicos de restos tóxicos.

El antiguo trabajador asegura que lo único que se realizaba era tapar con arena todo lo que las empresas tiraban.

Esta mala gestión de residuos, conlleva a que los restos enterrados reaccionen, contaminen los acuíferos y liberen gases que, como el metano, suponen un “riesgo de explosividad” para la zona.

Vía: EL PAIS