España ha registrado una drástica reducción de las importaciones de residuos procedentes de la Unión Europea y terceros países así como de las exportaciones de este tipo de materiales.
Según los últimos datos, España recibió en 2009 un total de 231.000 toneladas de residuos frente a los 406.000 del ejercicio anterior y exportó 70.353 toneladas, treinta mil menos que en 2008.
Desde comienzos de la década de los 90, los traslados transfronterizos de este tipo de residuos están bajo el paraguas de la Convención de Basilea y por un reglamento europeo relativo a vigilancia y control de los residuos.
Una de las posibles razones del descenso del volumen de residuos es la menor actividad industrial por la crisis económica mundial, no obstante hay que esperar a las cifras de 2010 para conocer si la tendencia a la baja se confirma.
Del total de residuos recibidos durante 2009, casi 141.000 toneladas se destinaron a la valorización, fundamentalmente reciclado mediante recuperación de metales (polvo y cenizas de cobre, plomo de baterías de vehículos, disolventes, metales férricos de transformadores etcétera).
Otras 59.000 toneladas se depositaron en vertederos; 19.000 toneladas recibieron tratamientos físicos-químicos y 1.300 toneladas de lodos de residuos de hidrocarburos se incineraron (valorización energética).
Por otro lado, España también exporta residuos: de las más de 70.000 toneladas de residuos que salieron en 2009 casi el 77% acabó en países comunitarios.
Fueron desechos para los que no había suficiente capacidad de tratamiento (aceites con PCB, disolventes…) o cuyo reciclado fue efectuado fuera de España (recuperación de cromo o zinc de residuos de tratamiento de gases, escorias…).
Vía: elcorreo.com