Guardacostas, científicos y habitantes de la zona han alertado sobre la falta de respuesta ante vertidos en el Ártico. Un plan sobre el papel no es suficiente para proteger un entorno tan especial. La vitalidad y biodiversidad del ecosistema ártico dependen de cómo gestionemos su desarrollo futuro.
La coalición “United for America’s Arctic” ha solicitado a las compañías petroleras que demuestren que efectivamente pueden limpiar vertidos en el hielo ártico. Shell ha solicitado la aprobación de pozos de prospección en los mares de Chuchotka y de Beaufort para 2012 y la compañía ha presentado un plan en el que afirma poder responder al peor de los vertidos. ConocoPhillips y Statoil también han comunicado sus intenciones de comenzar sondeos exploratorios en 2013 y 2014, respectivamente.
Oceana, uno de los miembros de la coalición, ha solicitado documentos al Departamento de Interior (DOI) del estado de Alaska y a la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) que contengan ejemplos reales y en el agua de la actuación de equipos de respuesta en el Ártico. No recibió ninguno ni de DOI ni de NOAA y la respuesta de Alaska fue alarmante.
El test de respuesta más reciente en el Ártico estadounidense del que este estado tenga constancia es del año 2000, hace más de una década. En él se ensayaron algunas de las opciones primarias de reacción que planea usar Shell –skimmers y barreras de contención– y se concluyó que estas herramientas no parecen efectivas en las aguas heladas del Ártico.
Así, ni el estado de Alaska ni el Gobierno de EE UU disponen de documentos en los una compañía haya demostrado que puede reaccionar con efectividad a un vertido de petróleo en los mares de Chuchotka o Beaufort. Incluso en las condiciones relativamente benignas del Golfo de México, solo se recuperó el 10% del crudo derramado tras el vertido de la Deepwater Horizon, y estas tecnologías han cambiado poco desde el vertido del Exxon Valdez, tras el que solo se recogió el 8% del petróleo. Igualmente, la respuesta en el río Yellowstone no ha sido efectiva, y otras herramientas, como la quema o los dispersantes, están sin demostrar y son potencialmente peligrosas.
Vía: ECOticias.com