Investigadores del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA) estudian la formación y caracterización de materiales biodegradables a partir de proteínas de soja y del pellet residual de la industria aceitera como materias primas para hacer envases ecológicos.
En los últimos 30 años, la producción y el uso de plásticos en el mundo se incrementaron en gran medida debido a su conveniencia, seguridad y bajo precio. En la actualidad, el 41 por ciento de la producción total de plásticos es usado en la industria de envases. De ellos, el 47 por ciento es empleado para envases de alimentos. La mayoría de estos materiales no son degradables y, luego de ser usados, son arrojados al ambiente. Virtualmente eternos, su acumulación constituye un serio problema ambiental.
La investigación busca mejorar las debilidades que tienen los materiales en base a proteínas a través de la formación de materiales nanocompuestos. Para esto, los científicos manipulan la materia en una escala tan minúscula de átomos y moléculas, que logran fenómenos y propiedades totalmente nuevos.
Los científicos analizan la formación de estos materiales a partir de distintas tecnologías. Trabajan en conjunto con el INTI, que cuenta con la experiencia y equipamiento en procesamiento de polímeros sintéticos y naturales, mientras que en el CIDCA tienen las herramientas para estudiar los sistemas proteicos, la caracterización de los materiales y las posibles aplicaciones en el área de alimentos.
En esta línea, se busca desarrollar materiales poliméricos que no involucren el uso de componentes tóxicos en su manufactura y que puedan degradarse naturalmente en el ambiente. Los biomateriales son derivados de fuentes renovables agrícolas, como proteínas y polisacáridos que son los más abundantes y económicos, y se muestran como una gran alternativa para suplantar a los sintéticos en algunas aplicaciones, además de proveer de nuevos usos de mayor valor agregado para los productos agrícolas.
Vía: DiCyT