Trece botellas de plástico reutilizado dan vida al nuevo uniforme de Barcelona. Nike utiliza las botellas de agua que han sido desechadas y cuyo destino son los vertederos de Japón y Taiwán, donde tardarían en descomponerse hasta 500 años.
Las botellas se meten en una gran lavadora para proceder a su limpieza y poder eliminar sus etiquetas antes de cortarlas en diminutos trocitos y derretirlos en una fibra que en última instancia se centrifuga para conseguir el tejido de las camisetas.
Además de evitar que casi 100 millones de botellas de agua de plástico se tiren en los vertederos, es una forma de reducir el consumo de energía hasta en un 30% en comparación con la fabricación del poliéster tradicional.
Vía: La Segunda online