Los camiones de la empresa Acciona, que recoge la basura en Calp, acuden cada noche y, a oscuras, descargan en el suelo los residuos. No hay pesaje, dado que no funciona la báscula en la que supuestamente se manipularon los pesos para inflar la facturación al ayuntamiento. Los técnicos municipales han valorado el presunto fraude, cometido durante 12 años largos de concesión del servicio, en 9 millones de euros.
Mientras el reciclaje se impone en la gestión de la basura en todos los pueblos de la comarca, esta planta de Calp se ha convertido en un vertedero. Los camiones de Colsur y Liasur se llevan los contenedores, que se cubren con redes para evitar que se pierda por el camino la basura, que tampoco se prensa.
Vía: www.levante-emv.com