Desde la aprobación de la Ley de Antitabaco a comienzos de año, se ha incrementado el hábito de fumar en la calle, debido a la prohibición de fumar en espacios cerrados públicos. El problema que surge ahora es que cientos de miles de colillas son arrojadas diariamente al suelo en todas las ciudades.
Los españoles fuman 23.000 millones de cigarrillos al año, de los cuales, un alto porcentaje acaba en la calle. Los filtros están hechos de acetato de celulosa, un plástico que tarda entre uno y diez años en descomponerse. Pero además acumulan peligrosos productos tóxicos capaces de infiltrarse en el suelo y contaminar la tierra y el agua.
En la mayoría de las calles de nuestras ciudades, encontramos árboles plantados en un reducido espacio de tierra, convirtiéndose en un vertedero donde se concentran cantidades letales de nicotina y alquitrán, que acabarán matándolos.
Vía: 20 minutos