Actualmente, decenas de equipos científicos en el mundo están trabajando para encontrar materias primas alternativas al petróleo, que permitan abaratar los costes. Una de las líneas de investigación consiste en utilizar los residuos agrícolas para hacer bioplásticos, que no sólo son biodegradables, sino que permiten dar una segunda vida a un residuo.
Cientifícos como Yiqi Yang, una autoridad internacional en biomateriales del Instituto de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de Nebraska-Lincoln (EE UU), están intentando convertir las las miles de millones de plumas de pollo que se producen cada año, en polímeros biodegradables. Han conseguido demostrar que se pueden hacer termoplásticos de plumas de pollo estables en el agua, modificándolas químicamente.
De llegar a buen puerto, en un futuro se podría utilizar este desecho barato y abundante para hacer miles de productos, en vez de que acabe siendo incinerado o almacenado en vertederos.
Vía: LA RAZÓN.es