El sistema de producción del fabricante sueco abarca el reciclaje de viejos camiones, mediante el cual uno viejo se convierte en nuevo tras un proceso sostenible que beneficia tanto a la economía como a la ecología.
El camión recién llegado seguirá siendo útil. Sus mejores piezas se venderán en el mercado de vehículos usados. Todos los materiales que se quitan del camión y que no pueden ser vendidos se pondrá en contenedores marcados por separado de hierro, aluminio, bronce, cobre, plástico, combustibles… Todos los artículos que están demasiado agotados se enviarán a fundir o incinerar, para ser reutilizados en forma de nuevos productos. Nada va a los vertederos. Volvo Trucks trabaja duro para reducir la huella ambiental de la empresa y ha aplicado una estrategia bien pensada de reciclaje desde mediados de la década de 1990.
El equipo necesita seis o siete días para desmantelar un camión y limpiar todas las piezas que están a la venta.
Vía: Nexotrans.com