En Suecia, la exposición “Basura”, que acaba de abrir sus puertas en el Nordiska Museet de Estocolmo, muestra que los desechos relatan una historia donde se entrecruzan etnología, ecología e incluso sentimientos.Lo primero que se prueba es que las épocas en materia de basura han cambiado. Por ejemplo, un pantalón de tela barata del siglo XVIII usado, cosido, recosido, remendado, hasta que al fin termina siendo usado para aislar un tabique. En cambio, un jean del 2010, de una marca de moda, industrialmente “preusado”, roto con una advertencia que dice “Nuevo”, dura la mitad y no se recicla.
Toallas higiénicas en lana, porcelana reconstruida con grapas metálicas, tapices y coletas fabricadas con desperdicios de tejidos. Recicladores anticipados, ¿los pobres del siglo XVIII y del XIX eran más ecológicos?. Lo que se busca es mostrar que en esa época, nada o casi nada era desechable.
A partir de 1920 y hasta los años 1980, todo era desechado sin ningún sistema de separación de residuos. Hasta que la ecología trajo un cambio de mentalidad, con el desarrollo de la bolsa de basura a partir de la década de 1960, hasta la aparición de la clasificación de basura.
La exposición temporal está incluida en la tarifa de entrada del museo (80 coronas, 9 euros, gratuito para los de menos de 19 años) y está abierta del 18 de febrero hasta el 25 de septiembre.
Más información en: www.nordiskamuseet.se