Un equipo de investigadores de la Universidad de Valladolid ha creado el “biodigestor”, que es una especie de arcón frigorífico de grandes dimensiones y sin fondo, que transforma cadáveres de animales en compost para abonar la tierra.
El primer paso consiste en llenar el biodigestor con los cadáveres de los animales, estiércol de vaca o gallinaza y algún material como la paja, el serrín o las cáscaras de huevo. Después la máquina se programa para que el contenido tenga los parámetros apropiados de humedad y temperatura propiciando, así, un proceso aeróbico y exotérmico donde los microorganismos se comen la materia orgánica, desprenden calor y CO2, haciendo que suba la temperatura de la masa y realizándose el proceso de compostaje de forma conveniente.
El compost se obtiene así con un procedimiento muy sencillo, que permite a los granjeros gestionar sus propios residuos de manera natural y respetuosa con el medio ambiente
Vía: EFE verde