La organización internacional de protección marina Oceana, en su último informe sobre cruceros, denuncia que un buque con capacidad para unos 3000 turistas puede llegar a generar por pasajero y día 300 litros de aguas grises, 40 litros de aguas negras, 10 litros de sentinas, 3’5 kg de basuras y 30 gr de residuos tóxicos.
Para el director científico de Oceana Europa, Ricardo Aguilar, el problema radica en la legislación internacional “obsoleta y deficiente” que regula estas actividades, elaborada durante los años en que los cruceros eran testimoniales y el transporte de pasajeros era una actividad accesoria al transporte de mercancías.
Pero otra cosa son los grandes cruceros, pequeñas ciudades flotantes, que tienen permitido tirar las aguas fecales y los restos orgánicos al mar, a 4 millas de la costa cuando están tratadas y desinfectadas y a 12 millas de la costa cuando dichas aguas no están tratadas.
La compañía MSC, líder en el mercado de los cruceros por el Mediterráneo, destaca la innovación tecnológica que aplican en sus buques en especial en las cabinas de los pasajeros donde hay habilitado un sistema que permite apagar las luces automáticamente cuando la estancia está vacía ahorrando un 30% de energía.
MSC certifica que los buques de su flota están equipados con incineradores, trituradoras y compactadoras para el procesamiento de basuras y que los residuos peligrosos se almacenan en contenedores anticontaminación para entregarlas a compañías autorizadas en la recogida de material.
Los buques, argumentan en su escrito, incluyen plantas de tratamiento de aguas que pueden procesar más de 1.500 metros cúbicos de líquido residual por día usando un proceso de 5 etapas que produce agua tan pura que puede ser soltada al mar sin dañar el ecosistema.
Otros problemas que los ecologistas atribuyen a estos barcos son la contaminación atmosférica y el consumo energético.
Oceana destaca en su informe que el consumo de combustible de un crucero es el equivalente al de 12.000 vehículos, con el agravante de que el tipo de fuel utilizado es más tóxico que el habitual emitiendo grandes cantidades de dióxido de carbono y azufre.
MSC Cruceros asegura que utiliza combustible bajo en sulfuro y que los gases de las chimeneas de los incineradores de los buques están controlados evitando la emisión de sustancias que dañen la capa de ozono.
Vía: EFEVerde