En un municipio que carece aún de depuradora, y que por tanto sigue vertiendo directamente al mar y sin tratar todo, la presencia intermitente de residuos flotando en las playas podría parecer algo normal, pero no es el caso.
La situación que se vive desde hace unos años en Nerja, ha empeorado considerablemente en buena parte por el mal estado que presentan los emisarios submarinos, que son las tuberías que salen de las estaciones de bombeo que se encargan de lanzar, teóricamente, a una distancia de una milla marina, los residuos.
Varios submarinistas que suelen sumergirse en los fondos situados en el trayecto que recorren estas enormes tuberías, existen desde hace ya varios años una serie de roturas y desperfectos, provocados por el paso del tiempo y los efectos del salitre y los fuertes temporales, que están ocasionando constantes fugas de residuos fecales, a una distancia muy inferior a la planteada cuando se instalaron inicialmente, a mediados de los años ochenta.
Por ello, no es de extrañar que especialmente cuando sopla el levante las playas de Nerja se conviertan en aunténticos vertederos marinos.
Ante este panorama, y dada la complejidad de su solución, a los nerjeños solo les queda esperar que las corrientes marinas, siempre caprichosas, se lleven la suciedad hacia otros municipios vecinos, como Torrox o Almuñécar, que son los más afectados por los vertidos nerjeños.
Entre tanto, el proyecto para ejecutar la depuradora sigue en fase de licitación de la redacción y de la ejecución de las obras.
Vía: SUR.es