El reciclaje es una opción instalada en todo el mundo y pedida por los ciudadanos argentinos, pero no implementada por el Estado. Ante ello se multiplican varias alternativas en diferentes rincones del país para implementarlo: casas fabricadas con botellas, juguetes ecológicos hechos con desechos y reutilización de llaves, papeles y tapitas son algunas de ellas.
El programa de reciclado de la Fundación Hospital Garrahan funciona desde 1997 con el objetivo de introducir en la comunidad la práctica habitual de separar, juntar y donar papeles, tapitas y llaves en desuso. Se trata de un proyecto solidario ya que lo recaudado es destinado a la Casa Garrahan y a la vez implica una conciencia ecológica ya que mediante el reciclado de papel se disminuye la tala de árboles.
La Fundación reparte cajas de cartón para distribuir en la empresa y así cada trabajador puede colocar el papel en los cestos especiales. También se pueden sumar escuelas y universidades, siendo una gran oportunidad para crear conciencia ecológica en los más jóvenes.
Dina Stasta es una artista fundadora de “Segundo Ciclo”, un emprendimiento para fabricar juguetes con objetos de descarte. Además del plástico, la artista también trabaja con descartes textiles y PCV, el cual es muy difícil de reciclar. Inicialmente todos los materiales los recolectaba ella misma pero gracias a una rápida difusión, algunos vecinos decidieron sumarse a la iniciativa y también aportar elementos para fabricar los juguetes.
De la misma manera, la abogada boliviana Ingrid Vaca Diez comenzó un proyecto de construcción de viviendas ecológicas hechas enteramente de botellas de desecho. Las viviendas construidas con está técnica cuentan con muchos beneficios y entre ellos se destaca que son térmicas, antisísmicas y acústicas. Además, los muros son bioclimáticos y la forma cilíndrica de los envases permite dar versatilidad al diseño.
Vía: notio.com.ar