En la región se generan anualmente 400 toneladas de envases que, en el mejor de los casos, reciben como único tratamiento el triple lavado, un sistema que, a pesar de que elimina en buena medida los restos de agroquímicos, no garantiza que sean inocuos para el hombre y el ambiente. Después de su uso, estos envases son abandonados en algún lugar del establecimiento rural o en los caminos vecinales, y se generan riesgos de toxicidad, tanto por su reutilización como por la posibilidad de que contaminen las napas de aguas subterráneas.
El plan que se ha comenzado a implementar para la región central de Santa Fe, tiene como objetivo diseñar un sistema de gestión que permita reciclar estos envases adecuadamente y evitar así los posibles daños ambientales.
El licenciado Cristian León, técnico del INTA Rafaela y creador del plan explicó que “el objetivo principal es darle un destino final ambientalmente adecuado a los residuos de los envases de agroquímicos que están inundando nuestros campos y hasta ahora al productor no supimos decirle qué tiene o qué puede hacer con estos residuos”.
Según pudo explicar el especialista, el mecanismo de gestión previsto será sencillo, para facilitar a los productores rurales la entrega de los envases utilizados para su posterior reciclado. Un sistema informático permitirá declarar en el punto de venta la compra de los agroquímicos, de manera de dejar registrado el movimiento de los envases. Luego, durante la aplicación, el productor hará el triple lavado, y, una vez utilizado el producto, deberá llevarlo a alguno de los puestos de recolección correspondiente a su municipio. Una vez entregado el envase vacío, el productor agropecuario recibirá un comprobante de que ha devuelto el recipiente a la cadena de reciclado.
Los envases, una vez almacenados, se van a lavar a presión, se van a chipear con tratamiento de efluentes y luego se va a disponer el plástico a un destino final que sería la incineración y lo que se puedan, serán reciclados para darles un destino útil.
Vía: rafaela.com