Cada año se estima que la industria conservera genera unas ochenta mil toneladas de residuos al año, y la elaboración del vino deja aproximadamente seis mil toneladas.
Para apaliar este exceso de deshechos, la Diputación de Pontevedra ha aprobado un proyecto de convertir el marisco y el vino como materia prima para la obtención de luz y gas.
La idea consiste en la construcción de una planta de biogás para el aprovechamiento de residuos de pequeñas y medianas empresas marisqueras, conserveras y vitivinícolas, y con el tiempo se sumarán también otros residuos procedentes de lodos de depuradoras municipales y de fosas sépticas de pequeños núcleos de viviendas unifamiliares.
Con este proceso se obtendrá una potencia eléctrica de 22.000 kilovatios diarios y 33.000 de calor aprovechable.
Vía: La Voz de Galicia