Ourense es potencia mundial en la producción de pizarra y sólo esta provincia comercializa casi tanto mineral como toda China. Más de 30 años después de que comenzara la extracción, las minas ya no pueden competir en precios con países en los que los salarios son más bajos. Galicia vende su pizarra a 730 dólares la tonelada; con una calidad similar, China o Brasil ponen su mineral en el mercado a 300 o 400 dólares, respectivamente.
Así, Galicia se enfrenta con el problema ambiental que suponen las escombreras, uno de los grandes males provocado por “la irracionalidad de los métodos de explotación”, que caracterizaron a estas empresas desde los años setenta. Una mina solo aprovecha el 4% del material que extrae y el resto se acumula en una escombrera. Los cálculos dicen que 18 millones de toneladas de residuos, que ocupan 10.000 metros cúbicos, se acumulan año tras año.
Dejar el medio con sus características originales es el objetivo de la restauración, pero abordar ahora la recuperación de estos espacios es “imposible” y económicamente inviable: los escombros se utilizarían para rellenar el hueco de la mina, sobre ellos se vertería tierra vegetal y se plantaría encima hasta que se aseguren los terrenos; sin embargo, el coste de todo este proceso es altísimo.
Vía: ElPAÍS.com