Los trabajadores del alcantarillado de Londres se han convertido en héroes inesperados después de haber estado tres semanas limpiando una bola de 15 toneladas de grasa que amenazaba con inundar, con aguas residuales, algunas partes del distrito Kingston upon Thames, al suroeste de la capital británica.
La voz de alarma fue dada por los residentes de un edificio cercano al alcantarillado principal de la ciudad, los cuales aseguraron que tenían problemas con los desagües de los baños. Tras la intervención del equipo municipal, encontraron un “fatberg”, término para definir como montaña de aceites y grasa solidificada, con un tamaño semejante al de un autobús, que bloqueaba casi por completo la tubería del alcantarillado. El cúmulo en descomposición se habría generado por aceites usados, desechos de comida, heces e inmundicias de todo tipo. Tras tres semanas de limpieza a fondo, con agua a presión, se logró desatascar la alcantarilla.
La compañía que gestiona el alcantarillado afirma que estas bolas de grasa se están volviendo cada vez más comunes.
Un dato muy relevante es que Londres, tiene la mayor concentración de empresas del sector alimentario en el país, genera entre 32 a 44 miles de litros de aceite de cocina usado cada año, y muchos de ellos se derraman por los desagües. Otro dato a tener en cuenta, es que está aumentando el uso de toallitas húmedas como papel higiénico, lo que acumula más residuos en las cañerías. Según la empresa Thames Water asegura que limpia cerca de 40.000 bloqueos al año causados por la acumulación de grasa y toallitas en los canales del subsuelo.
El alcalde de Londres, Boris Johnson, ha presionado recientemente a la población para que aumente el reciclaje del aceite usado, ya que calcula que con su tratamiento podría generarse el 20% del biodiésel que consume la flota de autobuses de la ciudad.
Fuente: theguardian